vivir ausente
qué tristeza
de cristal líquido
introduzco mis manos
en barro que bulle
allí la densidad
de la materia
responde a mis súplicas
¿cómo es posible
que el río se secara
y las piedras no pesaran
en mi estómago?
a veces el daño
nos hace corpóreos
renuncio a mi invisibilidad
si con ello
regreso a los pies
que se agrietan al caminar
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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