miércoles, 3 de diciembre de 2008

la misma luna, los mismos pies fríos

huyo de mis pies fríos
en esta noche amamantadora de lobos
las manos también se quejan
pero me acompañan
para calentarme la conciencia

repaso las buenas acciones
que fui capaz de hacer
desde que me llamo Paula
mientras la frondosidad de la soledad
se aleja en la ventana
y sólo aparece el bautizo
de una infancia castigada contra la pared
por exceso de atención

papá mamá duermen
pero yo no descanso ni cuando sueño
qué saben ellos de lo que está bien
y de lo que está mal

ha debido ser la escarcha
la que me ha devuelto el vaho
de cuando era pequeña
aunque por un momento
he pensado que todo se parecía
peligrosamente
a cuando le tenía miedo a la oscuridad

ahora es otra oscuridad claro
la que penetra por los entresijos
del miedo
o quién sabe
la luna es la misma
tal vez no hayamos cambiado tanto

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