huyo de mis pies fríos
en esta noche amamantadora de lobos
las manos también se quejan
pero me acompañan
para calentarme la conciencia
repaso las buenas acciones
que fui capaz de hacer
desde que me llamo Paula
mientras la frondosidad de la soledad
se aleja en la ventana
y sólo aparece el bautizo
de una infancia castigada contra la pared
por exceso de atención
papá mamá duermen
pero yo no descanso ni cuando sueño
qué saben ellos de lo que está bien
y de lo que está mal
ha debido ser la escarcha
la que me ha devuelto el vaho
de cuando era pequeña
aunque por un momento
he pensado que todo se parecía
peligrosamente
a cuando le tenía miedo a la oscuridad
ahora es otra oscuridad claro
la que penetra por los entresijos
del miedo
o quién sabe
la luna es la misma
tal vez no hayamos cambiado tanto
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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