viernes, 24 de abril de 2009

Melusina on the morning

Desperté empapada de serpentina
y cuando miré mis pies
en su lugar encontré la cola
de una boa hermosa.
Zigzagueé escribiendo mi nombre
sobre las baldosas blancas y negras
de palacio, lo hice en silencio,
como ya hacía antes las cosas.
Llegué a los aposentos de mis padres
para mostrarme en mi nueva forma.
Supe que mi futuro dependía
de su aceptación.
¿Acaso se había visto antes
una reina con cuerpo de mujer
y cola de serpiente?
¿Qué súbdito disciplinado
obedecería mis leyes?
Mi padre me miró sorprendido
y dijo:
siempre supe que eras otra,
pero aún así te amo, hija.
Mi madre se acercó a mí
y suspiró aliviada:
ya creíamos que no eras
una de las nuestras.

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