me he visto
la última ser humano
del mundo
el resto hologramas
programados para mantener
mi moral alta
para que la soledad universal
no aplaste mi corazón
y deje de latir esperanza
para esos que me observan
para saber cuánto podemos
durar a pesar de todo
de la destrucción
de la sangre
de la venganza
del exterminio
de la rabia
del grito exhausto
que busca la luna
pero a veces ni el vuelo
del pez curvado
ni el sacrificio
del pinguino loco
pueden con este vacío
que asedia las torres
de mi valía
y los besos son tan efímeros...
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 1 mes
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