jueves, 18 de febrero de 2010

El monstruo insaciable

Nada de lo que hacía
saciaba tu sed de amor

Te entregué lo mejor
vendí mis posesiones
mi piel mi palabra mi casa

Pero cuando sólo me quedaba
el alma me planté
¡hasta aquí podíamos llegar!

Y fue ese gesto el que
te enamoró de repente
pero ya era demasiado tarde
había visto tu esencia:
la insatisfación crónica
es un monstruo insaciable

No hay comentarios: