viernes, 19 de febrero de 2010

Extinción

He heredado el cansancio
de siglos
la desesperanza de millones
de partos que un día alumbraron
llantos y risas en un mundo
que aspiraba a algo mejor

Tengo en la cabeza una marca
enorme, en carne viva,
por todos los cuencos,
los cántaros y las tinajas
que durante miles de años
trasporté en silencio
por caminos de roca y arena

Mi útero se ha ido cerrando
ante las invasiones bárbaras
y ahora, estéril y desfondado,
no hace otra cosa que cantar
a la extinción de lo sueños

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