miércoles, 10 de marzo de 2010

calle de la luz

iba yo perdida por el laberinto
de la ciudad
cuando miles de miradas
se cruzaban conmigo

algunas intentaban avisarme
pero yo no sabía de qué
era una felicidad insultante
la que yo sentía
casi agresiva
sólo por el mero hecho
de estar viva recorriendo
las calles de mi ciudad

entonces, doblando una esquina,
un tipo harapiento y con un ojo
tuerto que ciertamente era inquietante
me advirtió
'señorita, no vaya por esa calle,
por ahí brilla en exceso la luz'

debí haberle hecho caso
porque el tipo harapiento tenía razón
la luz casi me abrasa
y ahora cada vez que paso cerca
de esa esquina miro bien
a lado y lado
y respiro hondo

afortunadamente aquella ya soy otra
y todo eso queda lejos

No hay comentarios: