La hermosura se fue apagando
con la noche de la carne,
el amor se fue confundiendo
con el agradecimiento,
y así, de flor a hoja seca,
nuestros amoríos se fueron
marchitando,
con la fluidez propia
de lo que se consume
sin transformarse.
Fuimos poco ecológicas,
la verdad.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
-
Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 1 mes
No hay comentarios:
Publicar un comentario