domingo, 25 de abril de 2010

La sombra de aquellos pasos

La primavera nos despertó
al alba
nuestros cuerpos estrellados
se enlazaban entre sábanas
yo te miraba despierta
y veía a dios en sus entrañas
había tanta luz en tu pecho
que mi corazón se soñaba libre

Nunca nada me alarmó tanto
como la sombra de aquellos pasos
te abracé para que no te vieran
eran despiertos sedientos

Congelamos nuestros corazones
disfrazamos nuestro amor
y ellos pasaron de largo

Pero comprendí que brillar
tanto al alba sin que haya rastro
de oscuridad
no está a nuestro alcance

Llegó la mañana ardiente
y un suspiro nos durmió de nuevo

Tu eras bella
y yo te tocaba absorta
mientras escribía este poema

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