sábado, 26 de junio de 2010

Memoria de alguna de mis ruinas

Una vez me fui a Nueva York,
estaba arruinada y mi vida completamente
desestructurada, pero allí estaba yo,
en la maldita quinta avenida
chanando con mi chupa de piel negra
y haciéndome la autora interesante,
básicamente porque no hablaba ni una papa
de inglés más allá de pleser tu mit yu

En otra ocasión me invitaron a un congreso
de jóvenes autores del mediterráneo,
seguía arruinada, había engordado y no encontraba
trabajo, pero se suponía que éramos personas
interesantes y allí estábamos,
haciéndonos los interesantes.
Lo único que pude decir fue:
hago teatro porque me parece el último reducto
de resistencia humana. Cosa que le gustó mucho
al organizador y la utilizó como punto
de debate en la mesa no redonda sino
rectangular que ocupábamos.
Menos mal que era en Andalucía
y nos comimos mucho pescaito frito.

Otra vez salí en la tele,
fue una de las peores cosas que he decidido
en los últimos diez años.
Pero eso no es todo,
lo infame fue que el programita de marras
lo reemitieron durante mucho tiempo
y la gente me veía y me decía ¿tú no...?
Sí, sí, desgraciadamente era yo.
Juegos olímpicos gays sí,
juegos olímpicos gays no.
¡Horror!

Hace poco pude trabajar con la que considero
la mejor actriz del país,
vuelvo a estar arruinada, sin rumbo pero
esta vez con recursos dice mi psicóloga,
así que voy a seguir en la dirección
en la que creo oportuna, caminando mucho,
escribiendo más y procurando no cometer
los mismos errores que en el pasado.

Menos mal que el que tropieza dos veces
con la misma piedra es el hombre...

No hay comentarios: