¡Oh Dios, no me envíes ángeles!
No me muestres tu luz cegadora
Sólo dame flores en mi tumba
y haz que recen los animales
que amo en mis sueños.
Tú que eres poderoso
que mamaste nuestra tierra
y te erigiste en el cielo
de nuestros deseos más puros
dame tu mano invisible
sin que la note
y haz que siga caminando
mientras en los días de lluvia profunda
me arrodillo ante ti
porque creo en la fe
en la fe de la vida que me rodea
en las plantas que riego todas las noches
en los niños y las niñas que hacen milagros
con sus voces inocentes y rompen cacharros nuevos
en el amor que vendrá algún día aunque se duerma en las esquinas
en la paz que no logramos porque nos hemos vueltos seres sanguinarios
en el imposible de la vida en tu vida
en ti sin más, sin verte, sin tocarte
no me hace falta tu carne ni tus ríos
con tu nombre mi fe aguanta
No espero hablar contigo
sólo espero en mi mecedora de mimbre
que un día no lejano los hombres y las mujeres
sientan el perdón en sus corazones
y se miren de veras mientras se aman
No me envíes ángeles
sólo nanas a mis hijos
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
-
Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario