Señora tengo que decirle
que su jersey roto
provoca mis más sinceras ausencias
Mi mirada desvía su firmeza
hacia paisajes que tal vez no existen
ni en las aguas abisales
pero al volver de mis paisajes lejanos
ese agujero pequeño y huesudo
donde apenas sobresale
una de sus costillas
es la fuente del temblor
más terrible que jamás pudieron
sentir mis piernas
Cámbiese el jersey o deje que la toque
pero no torture más mis dedos
que no saben si seguir en el guante
u obligarme a salir corriendo
bajo excusa de maratón
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 1 mes
2 comentarios:
¡Eso me ha pasado a mí alguna vez! Me he sentido muy tentada.
Muack.
Emma.
jajajajaja, tentaciones hay tantas, querida emma...
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