sábado, 28 de agosto de 2010

Caballera andante

Señora de cuarenta años
me asombro de la rigidez
de los castillos que levantas
para aislarte de los tejos que te tiro

Tus ojos hablan de rendición
de puertas levadizas
de caballos trotando hacia las cruzadas
de torres en las que te aislas
esperando escaleras de cuerda
que me lleven hasta ti

Sin embargo la mañana se muestra
más triste sin sombrero y se me ocurre
que la última luna no nos fue favorable
te cambió el humor y le diste una oportunidad
a ese trobador flacucho que escribe
poemas tontos de amores caducos

Nadie te lamerá desde las sienes
con las lanzas apuntando al genocidio
de mis palabras
ésas que ya no entienden
de espera y se precipitan desde mi pluma
hasta mi vientre desolado

Cuando abras la ventana tal vez
no te esté esperando
nada dura para siempre
y una vez alcance las tropas
de mis versos
te dejaré atrás como la retirada
de un ejército menor
en el campo de batalla
cuando el general sabe
que es mejor eso
a morir aplastado por el enemigo

Pero un último asombro
si no estás conmigo
tu esperanza y tus labios
- late en mí la seguridad
del verde de las plantas selváticas-
quedarán huérfanos
como la alegría sin días
de sol y luna llena

Ámame o prepárate
a desalojar tu casa
de misterio y de sueños

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Oh Paula, este me ha gustado muchísimo!
Muack.
Emma.

Laura Freijo Justo dijo...

Todas tenemos algo de caballeras andantes... y de damiselas en la torre, jejeje

Rosalía Navarro dijo...

Tiene su punto de humor.
Besitos.

Laura Freijo Justo dijo...

Muchas veces mis pensapoamientos son de humor ahora llevo un tiempo poniendome seria, va por rachas...