domingo, 1 de agosto de 2010

El fin de toda una época

Todas esas promesas que me va haciendo
bajo los efectos de los martinis
que tan sumisamente le sirvo
sé que esfumarán en cuanto el alcohol
sólo sirva para sanar mis heridas

Pero aún así me gusta ser objeto
de su absurda seducción y soñar despierta
que hay algunas sábanas que pudieron ser nuestras
y que en la mañana un espejo nos retrató
bajo presión de una risa que sólo ahora
ve la luz porque en cuanto
beba agua la carroza será calabacín
y los ratones de sus piropos
verán como sus casacas rojas
se destiñen bajo la lluvia

Por lo demás es una agradable sensación
dejarse llevar por los impulsos
más nebulosos cuando cae la tarde,
como ahora,
y sigue siendo verano a pesar
del fin de toda una época.

2 comentarios:

Martina A. Britt dijo...

Nostálgico, como a mí me gustan. Soy muy melancólica Paula, de esas que se pierden en otoño. En eso nos parecemos mucho Rosalía y yo. Norma es más como Marta. Por cierto, que Rosalía se ha quedado corta hablándome de ti.
Muack.
Emma.

Laura Freijo Justo dijo...

Rosalía es muy generosa y tú veo que también. Yo no soy demasiado melancólica pero como todo, siempre hay algún momento, pero no suele ser a la vida, más bien en la escritura...
Un besote y gracias por comentar!