Todas esas promesas que me va haciendo
bajo los efectos de los martinis
que tan sumisamente le sirvo
sé que esfumarán en cuanto el alcohol
sólo sirva para sanar mis heridas
Pero aún así me gusta ser objeto
de su absurda seducción y soñar despierta
que hay algunas sábanas que pudieron ser nuestras
y que en la mañana un espejo nos retrató
bajo presión de una risa que sólo ahora
ve la luz porque en cuanto
beba agua la carroza será calabacín
y los ratones de sus piropos
verán como sus casacas rojas
se destiñen bajo la lluvia
Por lo demás es una agradable sensación
dejarse llevar por los impulsos
más nebulosos cuando cae la tarde,
como ahora,
y sigue siendo verano a pesar
del fin de toda una época.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
2 comentarios:
Nostálgico, como a mí me gustan. Soy muy melancólica Paula, de esas que se pierden en otoño. En eso nos parecemos mucho Rosalía y yo. Norma es más como Marta. Por cierto, que Rosalía se ha quedado corta hablándome de ti.
Muack.
Emma.
Rosalía es muy generosa y tú veo que también. Yo no soy demasiado melancólica pero como todo, siempre hay algún momento, pero no suele ser a la vida, más bien en la escritura...
Un besote y gracias por comentar!
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