domingo, 1 de agosto de 2010

El tigre hambriento en las entrañas

Ninguna de las dos se ha mirado
nunca en la pupila de la otra
por eso es más fácil seguir mirando el suelo
y suspirando en los cuadernos
que levantar la mirada
y admitir que pasan cebras
cada mañana
cuando los elefantes
siguen la senda del café
y el tigre ruge hambriento
en las entrañas

2 comentarios:

Martina A. Britt dijo...

¡Este es mi preferido, de momento!
Muack.
Emma.

Laura Freijo Justo dijo...

Jajaja