sábado, 28 de agosto de 2010

Sólo somos humanidad

Siempre que llega la despedida
en las primeras luces de la mañana
te veo convertirte en ángel
y pienso en lo afortunada
que he sido durante la penumbra
de la noche

Te vistes con parsimonia
sorprendida porque la vida sigue
eres una aparición de amor
que navega en la cotidianidad
de los hoteles y en la soledad
del lenguaje de signos
que utilizas para alabar el vacío

Yo sé que te vas porque si te quedaras
descubrirías mi fragilidad humana
frente a tu divinidad soberana
y si no te pago no es por falta de ganas
es por respeto al último abrazo
en el que te entregas dulce y compasiva

Estás tan arriba que te veo tan lejana

Pero tú insistes no soy nadie
más que un ruido en mitad de la tormenta
apenas un silbido de necesidad
un rincón de viento
donde cantar una canción
y acariciar la madrugada

Y te quiero

Y cuando te vas me doy cuenta
de que lo he vuelto a hacer
y te miro en el recuerdo como una pintura
fresca sabiendo que tú y yo
sólo somos humanidad

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En alguna ocasión me he sentido así.
Muack.
Emma.

Laura Freijo Justo dijo...

Es todo inventado pero supongo que salen de dentro de mí...

Rosalía Navarro dijo...

Cuando sueltas casi al final ese "Y te quiero", haces que se rasgue una cortina simbólica, como un roto que da impulso a tus palabras. Siempre me impactan esas dos palabras; te quiero. Son tan rotundas que no se puede añadir nada más.
Besos.