viernes, 6 de agosto de 2010

Un lugar para morir en invierno

Haz lo que quieras
pero no me saques de adentro
como si quieres escalar los quince ocho mil
y dejar los ansiolíticos
como ha dicho esa alpinista
a mí me da igual,
me conformo con un ángulo de tu boca
y un otoño de tus luces

Y si después de todo te quieres ir
no vuelvas a buscarme en mangas de camisa
mirando al suelo arrepentida
las cosas esas del amor tienen su tiempo
y su esperanza
y hasta el deseo más duradero
califica las entrañas como un lugar
para morir en invierno

4 comentarios:

Martina A. Britt dijo...

Cuando escribes tristezas, sentimientos de dolor, te creces. Siento cada palabra.
Muack.
Emma.

Laura Freijo Justo dijo...

Jajaja... Mira, me da por ahí... Saluditos!

MARTA. dijo...

Me gusta, me gusta, me gusta.
Saludos.

Laura Freijo Justo dijo...

A mí me gusta que te guste, Marta!