miércoles, 1 de septiembre de 2010

Principios

Sálvame de la palabra muerta
yerma de vida y de verdad
espina baldía que cubre los esqueletos
que dejaron su carne y su sangre
en las luchas del poeta
por hallar un camino de casa habitada
de hambre de jerga
de sed voluntariosa que rozó apenas
el tul con que se tapan los imposibles

Y si no puedes tú, poesía del altar
de los dioses
y debo verme entregada a un verbo
estéril cuya financiación es la sonrisa
vacía y la hipocresía del verso nacido
para el adorno
verdades no quiero ni palabras al peso
ni rosa perfilada por el pintor de vanidades
ni claveles que a mi paso me hagan más grande
de lo que en realidad soy

Y si no me encuentras tendida al sol
de las grandezas
es porque siempre me interesaron más
las sombras menudas y las palabras ligeras
-antes casa que patria-
sólo tengo un puñado de desconciertos
y unas cuantas muñecas rotas de la infancia
a las que les corté el pelo esperando
que les creciera

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