jueves, 14 de octubre de 2010

Desfachatez

Tomamos tanto café
y fumamos tantos cigarrillos
que nuestro amor sin futuro
se fue ennegreciendo a medida
del tiempo.

Debí haber sabido
que los besos que nunca
nos dimos eran el presagio
de una novela inexistente,
de argumento fiero
pero con nula voluntad
para ser escrita.

Ay, querida, si yo hubiera
sabido tanto como sé ahora
me temo que hubiera caído
igual en la sombra de aquel
amor.

Tanta es la desfachatez
humana, ya lo véis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los besos al principio con café y tabaco. ¡Me encantan tus pensapoamientos Paula!

Laura Freijo Justo dijo...

Gracias, guapa, eres un motor!