Ya no voy a ser
quien yo creía que sería.
¿Quién era esa?
Alguien distinta a quien
soy ahora, claro.
Tampoco volveré
a ser joven nunca más.
Obvia rémora.
Lluvia de añicos
y esquinas irreconocibles
en los anhelos infantiles
que fui coleccionando;
atesorando.
¡Todos a la hoguera!
¡Cenizas como perlas!
Ha llegado el día
de conducir sin venda.
De ser humilde
y aligerarle el peso
a los hombros de Atlas.
Lanzarse a la muchedumbre
descartando el legado de Casandra
y cual Penélope reformada,
destejer más que tejer,
poner a subasta los restos
del cofre del tesoro.
Atravesar sin pudor
las fronteras del poema
para establecerse
en el lugar donde habita
la realidad real.
Y la realidad real
ahora es el otoño
de mi renuncia.
Pero aún faltan lágrimas.
1 comentario:
Y entonces llorarás ! Y bronces atravesaras las fronteras del poema ! Y entonces serás POEMA!!!
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