Muchas despedidas entonces

Anoche Mo señaló un palacio
en el paisaje iluminado de la noche
y dijo, al lado del Mirablau
y me acordé de otras que fuimos
nosotras ¡cuánto tiempo!

Nunca he vuelto a ir enamorada
como si reservara un rincón
de la memoria para tu mirada
en la que como un tren en un túnel
me perdía a lo lejos y no quería
salir

El tiempo ha pasado, como en el poema,
y nunca se cumplieron mis deseos
pero aún recuerdo la fuerza
que tenía mi corazón al latir
en el asfalto mientras mi coche
nos conducía a la brillantez
de Barcelona vista desde lo alto
del Tibidabo mientras nos bebíamos
una crema de güisqui con hielo
y el cosquilleo del alcohol
nos hacía soñar con un futuro
que ahora es amistad
y de las bonitas.

Pero ya ves tú,
anoche Mo me llevó a aquel tiempo
y tuve un dejà vu
recordando aquella intensidad
cuando siempre era la penúltima
y nos pasábamos el rato
despidiéndonos