jueves, 12 de junio de 2008

separación definitiva

no sin dolor
cogió la maleta
y abandonó la casa materna

por las noches
se dolía los pezones
y el vientre
se quejaba
con boleros quebradizos

de pronto un amanecer
empezó a sangrar
y ante el color azul
de la sangre
supo que por fin
había roto
el cordón umbilical

tenía treinta y tantos
y algunas canas
en las cejas ponían
en entredicho
la juventud de su alma

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