no sin dolor
cogió la maleta
y abandonó la casa materna
por las noches
se dolía los pezones
y el vientre
se quejaba
con boleros quebradizos
de pronto un amanecer
empezó a sangrar
y ante el color azul
de la sangre
supo que por fin
había roto
el cordón umbilical
tenía treinta y tantos
y algunas canas
en las cejas ponían
en entredicho
la juventud de su alma
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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