viernes, 5 de septiembre de 2008

recuerdos de una troyana

todavía se me quiebra la voz
cuando descubro viejas fotografías
donde los cuerpos se amontonan
partidos por la dilexia de violaciones
amputaciones sangres que no encuentran venas
y se derraman en cada mirada
en cada amapola amarga que contemplo
en este jardín donde soy prisionera
de la orfandad de mis hijas

penetran en mí tinieblas
y reviven extraños los esqueletos
de las golondrinas
que en su día anidaron esperanzas
es el hombre y la guerra y el dolor
y la ausencia de palabra
el silencio aterrador de la noche eterna
las telarañas que atrapan la memoria
emponzoñando los sueños de razón

sí, se me quiebra la voz
la piernas me tiemblan
y de mi vientre crece una ortiga gigante
cuyo escozor no es más que la antesala
del lento caminar que alienta mis mañanas

tú que me ofreces la manzana
¿qué esperas?
¿redención camino revancha?
no tengo fuerzas ni para morder
y sin embargo te doy mi mano
envejecida por el cansancio
que supone ser siempre una
y esperar un cambio que nunca llega

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