lunes, 8 de febrero de 2010

Se inclinó tanto la cruz

Se inclinó tanto la cruz
que ya todo el mundo
olvidó su ínclito sacrificio

La palabra fue gesto
historia de creación
inocencia redentora
y así todos alguna vez
bebimos del vino eterno
y comimos de la carne sagrada

Se inclinó tanto la palabra divina
que todo el mundo olvidó su impagable sabiduría

Es hora de recordar
alto y claro
¡no matarás!
¡amarás al prójimo
como a ti mismo!

Dios es el junco
que permite el puente
la rodilla que se dobla
para entregar el perdón

Es hora de que la fe
renazca

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