miércoles, 17 de marzo de 2010

pacto de silencio y olvido

después de acordar
mi rendición y su olvido,
pasé a llevar una vida
ordinaria en su sentido
más rutinario

desayuno con tostadas
por la mañana,
escritura en el blog y algunas
escenas perdidas de mi última obra,
comida con televisor encendido,
trabajo en sordina con compañeros
y compañeras a ambos lados
de mi mesa,
teléfonos sonando
y algún que otro e-mail de consuelo,
noches de sofá y mando a distancia
con algún paréntesis para el repaso
de la prensa del día...

y agradezco su silencio
del mismo modo que fomento
su pacto de olvido,
porque sé que su olvido
no sólo es el mío
sino la erradicación
del dolor pasado

No hay comentarios: