sábado, 8 de mayo de 2010

Hay recuerdos que jamás se olvidan

No sé si naciste de un abismo entreabierto
en el nocturno insomnio de mi pavor solitario
-por citar textualmente al poeta Aleixandre-
pero sé que caí en la red infinita de tus ojos azules
debí darme cuenta de que nunca serías medio mía
porque tu boca nunca se abría del todo en el beso
y tu lengua rezumaba ceniza si lo hacía.

Debí saber que no íbamos a ningún sitio
como mucho al cementerio pero yo ya había estado allí
debí saberlo, de hecho, bien mirado siempre lo supe
pero tu cuerpo y tus manos de arcángel herido
me daban algo que yo nunca había tenido
y por ello yo me iba y venía y tú te ibas y venías
porque yo daba tanto y ofrecía Amor a cambio

Pero debí saberlo y lo supe cuando esquivabas mi mirada
en el amor hecho cuerpo y tus ojos se cerraban
y sólo mirabas mi cuerpo hecho amor

Debí saberlo y lo supe por eso ya no más
vuelve al cielo o al infierno de donde te mandaron
regresa a tu guarida que yo siempre te llevaré en el recuerdo
y ya sabes que los recuerdos, pase el tiempo que pase,
jamás se olvidan

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