martes, 23 de noviembre de 2010

Amor sobrehumano parecía

De la incomprensible verdad
que emanaba el fondo de tu mirada
hice agua para mares glaciares
me recogí en un ovillo
y esperé a la primavera;
eras tan inquietante y sigilosa
como una pantera negra
que no me quedó otro remedio,
tuve que ausentarme

Todo hubiera sido más sencillo
si me hubieras dicho que hacía tiempo
mis caricias eran fuego inocuo
que sólo ardía en las brasas
del recuerdo, en cambio,
felina me rodeabas de heridas

Callaste tanto que me hiciste creer
que tu silencio era la densidad
de un amor profundo como el epicentro
de la tierra, infinito como la lujuria
de brujas danzando conjuros, inasible
como todas las cosas que no encuentran
su lugar porque pertenecen a lo sobrehumano.

Nunca debimos traspasar el umbral de la metafísica

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