Teniendo en cuenta que el éxito
y el fracaso son medidas
sin peso en el efecto del devenir
de lo que realmente importa
me declaro inocente de uno y otro
permitiéndome la risa en el fracaso
y la tristeza en el éxito.
Y cada día me levanto
sin calcular la cresta de la ola
ya sea la espuma amiga o enemiga.
Por lo demás quiero a mi gente
y, en general, el ser humano
me parece ínfimo y simpático
en comparación con lo que importa.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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