martes, 2 de noviembre de 2010

Hasta la vista, baby

Yo no sé si tú recordarás
las luces de neón
cayendo como espadas
sobre nosotras,
amantes nunca deseadas.

Tal vez estés tan lejos
que ni la memoria te alcance,
de todos es sabido que los amores
queridos con pasión
no suelen durar
y que los que duran
es porque se quiere
más que se ama

Pero esta tarde al caer
de la luz tardía del sol
he entrevisto a dos
chicas que se cogían
con los ojos de la mano
y me ha parecido vernos
en nuestro silencio
de miradas entregadas

Sí, puede que inventara
más de la cuenta
y que tú sólo fueras
alguien que ni siquiera
se dignó a ser mi enemiga,
puesto que tu olvido
así me lo trasmite
pero no sé, tengo un día
de esos estúpidos
en que se quiere volver
al pasado y recuperar
lo que nunca se tuvo

Hasta he abierto viejas
libretas con la esperanza
de disolverme en las redes
de las palabras que te conservan
y cuál ha sido mi sorpresa
que al leer te he visto
con esa sonrisa primera
apareciendo con los papeles
bajo el brazo y disculpándote
por tu retraso

Luego todo ha pasado tan deprisa
que no he tenido tiempo
de saborearlo y es que lo
nunca nuestro fue tan breve
y sin embargo tan clavado
en el maldito subconsciente

Porque tirando a la mañana
te he vuelto a soñar
al otro lado de la mesa
hablando con esa autoridad
que entonces ya apuntabas
y yo con la cabeza gacha
como si me avergonzara
de un sentir que es posible
-así me lo destaca la psicóloga-
mejor se hubiera quedado
en la simple gracia

Y es que cuando te olvido
en la superficie
te me apareces en las profundidades
y yo sé que no existes
porque los fantasmas
son de otra dimensión
pero tu presencia
no deja de imponerme
un amor que yo no entiendo
por qué a veces
revive de la herida
y se hace real
como la vida misma

Menos mal que no te quedas
en eso eres buena
y te vas y no dejas huella

Hasta la vista, baby

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