Me metí la luna en el bolsillo
caminé atenta por la acera
miré a ambos lados de la calle
antes de pasar al otro lado
me introduje en el túnel
esperando un grito tuyo
pero ni por esas saltaste
seguí caminando hasta el final
y me dijeron que me deshiciera
de los restos de mi cuerpo
que allí donde iba
no los iba a necesitar
así que me quité la piel
troceé mi carne y lo di todo
incluído mi pobre corazón
Al llegar a las puertas
de lo que supuse sería el cielo
una mujer hermosa atendió
mis plegarias y me dijo:
'te has adentrado en lo desconocido
has dejado tu vida atrás
y ya sólo tu espíritu
existe dentro y fuera de ti.
¿Qué esperas ahora?'
'La paz', dije si dudarlo.
La mujer hermosa se acercó
besó mi aura y desperté
en un sitio que se parecía
a los desiertos de mi pasado.
Alguien lloraba y otra mujer
cantaba susurrando una nana.
De pronto sentí unos labios
acariciándome la mejilla,
intenté hablar pero me salió
un berrinche sin forma,
abrí la boca y sentí su pezón,
tenía hambre y chupé y chupé.
Al sentir mi estómago saciado,
la paz me invadió.
De nuevo una mujer
me devolvía al ser humano,
recordé que ese estado
dura poco en la vida
de una persona y ahí
acabó todo, el resto
está por vivir y espero
hacerlo mucho mejor
de lo que lo hice
la otra vez.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Hace 1 mes
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