sábado, 25 de diciembre de 2010

El tú y el yo

Nunca he querido escribir
un poema totalitario
ni siquiera un poema
que lo diga todo
he preferido ir a lo pequeño
a esas partes, partículas,
moléculas, átomos invencibles
que describen algunas de las cosas
que somos, el tú y el yo;
pero no, nunca he querido escribir
un poema totalitario
si acaso un poema democrático
en el que se pueden votar
los versos y añadir algunos acentos,
eso sí, tal vez pequé de ingenuidad
y procuré varios intentos sobre el tú,
segunda persona del singular,
y sobre el yo, sol, lluvia o terremoto
según se mire
ambición que estoy segura de haber
logrado puesto que hay tantos universos
incluidos en el todo
que ya sólo una pequeña parte
parece una galaxia inefable.

Tú y yo, pareja de impulsos,
pulsiones sin resolver,
anillos en los planetas,
carcasa de maremotos emocionales,
pronombres indefinidos
cuánto tiempo me habéis ocupado
y cuántos pensapoamientos
habéis escrito
y, sin embargo, ahí seguís,
como dos faros en la niebla
que hubieran estropeado su luz,
puntos no descritos por las cartas
de los navegantes,
aspiraciones máximas de la soledad,
circuitos ampliados al espacio
de los amantes, de los amigos,
amores que susurran a nuestras espaldas,
misterio de los misterios
que Dios se encarga de bautizar
con algunos nombres para que la realidad
tenga donde acogerse,
dos preguntas amplias, dos poemarios
enteros alimentados en la sombra,
juicios sin maza, sentencias aleatorias,
búsqueda, encuentro, satisfacción
pero también separación, soledad,
islas que no forman archipiélagos,
dudas soleadas que se sobrellevan
en el pecho del amor enfrentado
a sus espinas, a su carne,
a la libertad de los altos vuelos,
tú y yo, dos vagabundos armados
con su caminar que una noche
de invierno alumbran luces
en las calles frías con colmillos,
abrazo sincero de una madurez
tiznada del carbón de las hogueras,
caricia de manos que han sufrido
vergüenzas, han sido repudiadas,
a las que sólo le quedan
los murmullos de un tacto
que parece que quisiera
salvar el mundo a cada paso,
a cada instante en que la humanidad
se baña y se limpia y resurge
a través de esta tesis forastera
que somos el tú y el yo
exhalando cometas allá afuera.

No hay comentarios: