jueves, 16 de diciembre de 2010

Luz infinita, no me ciegues

Si Dios, tú, luz infinita que ciegas,
iluminas corazones y negruras,
fueras la verdad, fueras llama ardiente,
claridad de día, de noche, de luna,
si vinieras a mí a responder a mis plegarias,
si trajeras contigo el amor, la fe, el camino,
yo me haría todavía más pequeña, más mínima,
más nada, puesto que apenas dedos, uñas y ganas
soy en este reducto desordenado en el que vivo,
escribo, supero los pánicos y los fantasmas,
leo los clásicos y los pasajeros, espero,
siempre espero la ley de arriba y me fijo
en las cosas humanas porque son mis hermanas,
si tú Dios, grande y compasivo, deseo en vivo,
carne de nuestra carne, ser infinito y eterno,
te atrevieras a manifestarte, yo te pediría
en voz baja que lo hicieras en forma de amante,
en cuerpo de otra, en figura amable, pues no puedo
soportar tu calor, tu enorme luz, tu totalidad,
soy tan pequeña, mi Dios, que por favor, ten piedad
de mi pobre ser, innecesario igual que molecular,
apenas anatómico y algo deforme, sé tú pero sé otra,
no me vuelvas más loca, tócame, o déjame ser en poema,
igual que mis letras y haz que escuche el mundo
como escucho el rumor de tus olas cuando en la mañana
se despiertan las plantas y el cielo despejado
promete un día sin sobresaltos, oh, Dios, apiádate
de mí, y si has de venir a mí hazlo despacio,
como un niño entrando en un palacio y dame voz,
dame conciencia, dame más amor, nunca es suficiente,
dame pañuelos de papel y yo te daré lo que tengo,
lo poco que entiendo, te ofreceré agua, un vaso de vino,
mis libros, lo que tengo, lo poco que tengo.

Oh, Dios si un día vienes, manifiéstate en las nubes,
en las raíces de los árboles, en las cuerdas vocales,
en las notas musicales, haz de mi alguien más justo,
más honesta, mejor persona, corrige alguno de mis imperfectos,
pero déjame un poco más hasta que encuentre mi espejo,
mi alma gemela, esa que existe en cualquier parte
y me espera como yo la sé a ella.

Oh, Dios, si un día vienes, cántame un nana
adormece mi rabia, que yo te cederé mi cama
para que descanses del viaje.

2 comentarios:

Eva Hibernia la peregrina dijo...

cariño, que plegaria tan bonita y tan de tu corazón. que dios te oiga y responda, pronto, y en la manera que tú deseas

Laura Freijo Justo dijo...

Muchas gracias, Evita