domingo, 27 de febrero de 2011

En el insomnio de la vida

La crueldad del tiempo
me ha alejado
de la que fui
ya casi ni me parezco
a mí misma

La ropa me pesa
como un alud
a una montaña

Equador de la luz
que declina
en esta tarde
de domingo
de invierno

Recorrido por fotografías
algunas veladas
otras imaginadas
y el resto digeridas
en el estómago
de alfileres
que las cuelga
en el corcho
del sentir

Si hubiera
grabado el corazón
en piedra
tal vez habría
un pequeño
monumento
con el entonces

En esta noche
de ventanas cerradas
no empujan los sueños

Las ruinas de un poema
subyacen en el rumor
de las olas
que con sus idas
y venidas
han borrado
nuestras manos
unidas

Cuando cerrar
los ojos es entrar
en el túnel
del sabor ácido
de la amargura
permanezco
despierta
en el insomnio
de la vida

No hay ni buenos
ni malos tiempos
sólo las migraciones
de nuestro dolor
y nuestra felicidad

Apenas el llanto
de una niña
acuna el triunfo
del viento

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