Sagrado es tu cuerpo
a la luz de mi éxtasis
Ni virgen, ni puta, ni femme fatal
ni dona angelicatta
Sólo mujer desnuda
frente al amor
a la vida
a lo oculto que toda caricia
conlleva
al secreto de lo reconocible
a la lluvia de conocimiento
que ya no se expresa
con la palabra o el pensamiento racional
A la sonrisa de lo consumado
A la selva de lo que jamás será
conquistado
porque existe más allá del deseo invasor
Sagrado ardor, fulgor,
perla incandescente
que se muestra en la ostra
como el cénit de lo ansiado
En la sala de juego
donde ruleta y cartas
son seguros contra la contaminación
de lo rutinario, de lo monótono
el pudor de tu cuerpo
es metamorfosis de lo no escrito
en el nuevo testamento
Tu cuerpo,
nomenclatura de lo desconocido
que acercas hasta a mí
cuando la ciencia
ya no sabe cómo explicar
la cosmogonía de lo nuestro
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
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Hace 2 meses
2 comentarios:
esto de la dona angelicatta me ha encantado
Jejeje... Debe ser porque te toca? Es un estereotipo, si no tergiverso, del renacimiento...
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