Aquí lo espero

Duda, luego vuelve,
luego resiste,
luego permanece,
luego la vida,
y así continuamos,
arriba y abajo,
abajo y al medio,
y no es por fin
un logro sobrevivir
es solo la llave
del misterio
que se crea
en un cielo inmenso
que nos llueve
y nos alumbra,
luego otra vez la vida,
la certeza amarga,
la cerveza seria,
la locura llevadera
para que todo
siga en su sitio
y el caos en el corazón
y la filia y la fobia
que se pelean
y gana siempre la pasión
pero, ay, la praxis
que se queja,
¡tanto desorden,
tanto desorden,
basta de tanta cosa
en sitios inservibles!
y tal vez se gana
pero perdiendo
y tal vez se pierde
pero ganando
paradoja o contradicción
que no es lo mismo
pero a veces lo parece
y ahí el poeta,
la poeta, la palabra,
el animalito del alma,
la rosa de fuego
y la espina calmada,
uff, si yo gritara,
si yo gritara
habría grietas
en tu almohada, niña,
en tu almohada
o en tu sábana
o en tu camino
hacia el alma,
pero susurro despacio
con voz ronca
de cigarrera
y me pienso
que te conozco
y es tan poco
lo que sé de pozos
y aristas y cubos,
tanto de basura
como de fregar
como de plantar
flores en las esquinas,
esas que crecen
en los rincones
del pensamiento,
y luego todo,
poco nada, todo todo,
pero qué empacho,
mejor lo pruebo
y me animo,
¡eh, no te olvides!
Bailar, siempre bailar,
quien baila su amor
cuida y quien cuida
su amor tiene mil años
de razón, amor y razón,
qué te voy a contar,
amiga de mi corazón,
de mi mano tuerta
y mi ojo manco,
qué te voy a decir
si eres como si fueras
yo sin serlo,
sin apagarlo ni parecerlo,
y luego de nuevo
bajar del vuelo,
a ras de vida,
no te despistes,
Paula, que te vas
a las nubes de colores
y eso ya sabes
que mucho te espanta,
baja con el regaliz
y dáselo a quien
le guste, y menos
chocolate, menos azúcar,
más besos de mermelada,
y nada, casi nada,
que hay que seguir
en la mañana,
hacer la comida,
preparar aquella réplica
buscar cómplices,
¿qué somos sin cómplices?
y luego luego, pues luego,
luego y lo que venga
que aquí lo espero