Tu dolor, amiga,
me hace comprender la vida.
Tu dolor, dolor de mi dolor,
me muestra el camino
de la sanación en su alma
sabiduría
Cuando tu corazón sufre
veo el discurrir del mundo
en la mirada de las gentes
con las que me cruzo.
La humanidad se hace.
Hay una intensidad renovadora
en ese ir y venir
por la cuerda floja,
funambulismo que practicas
a altas horas de la madrugada,
amor que no has perdido
pero que ahora pesa como una bombona
de oxígeno sin submarinista
Tu dolor, querida mía,
es un mar, un océano de vida
que emana curación
Tu dolor, dolor de mi dolor,
un día volverá a ser vida,
amor, futuro.
A I T A N A
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Somos de la misma generación. Como escribí en La soledad de una isla (Entre
el cuarto oscuro y la utopía queer), de la generación de Los Ángeles de
Charlie...
Hace 1 semana
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