Es esa luz espesa
que envuelve mi cuerpo
y quema por dentro
la que no me deja olvidar
de dónde vengo.
Puede que solo a veces
sepa quién soy
y que no sepa adónde voy
pero el lugar de donde
me nací
más tarde
luego de mi resurrección
está rodeado de glaciares
de luz espesa
que quema
y no te suelta
y siempre que te alejas
como un imán
te acerca.
Es esa luz espesa
la que cercena los restos
de mi conciencia
y me desconecta
de ti que en algún lugar
dice mi esperanza
todavía me anhelas
¡Ay, cómo te deseo
penumbra
para que cubras
mi desconcierto
y calmes mi locura!
Los ecos de las sirenas
la estela de sus batas blancas
los vasitos siempre llenos
hasta que tragas y tragas
y tragas y el sueño
te atrapa como en un cortocircuito
se hace la soledad.
Solo hay presente
este segundo, esa mirada
que retengo entre los dedos
de mis ojos
y lo demás
de nuevo luz espesa
que aún en la densidad
de la noche
nunca se apaga.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
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Hace 1 mes
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