I
Nunca pensé que el amor
Nunca pensé que el amor
pudiera
ser fuente insuficiente
Si
tu piel mi sudor mi pecho tu corazón
nuestro
amor de sábanas hirvientes
esas
lágrimas que nos recorren
en
nuestras cenas más íntimas
donde
el dolor pasado agarra
los
visillos de la luz y los mece
entre
las sombras y la penumbra
de
lo que hemos sido
y
nos abrazamos cuando nadie nos ve
aunque
hasta el cielo nos mire desde lo alto
mientras
solo somos amantes sin nombre
en
el delirio de la carne
Si
este devenir de la fiebre y la curación
no
nos sirve para alcanzar la senda
de
lo que a veces intuimos podemos ser
dime,
amor,
¿dónde
escondo los trozos
de
la loza que tan cuidadosamente
amasé
con los dedos del anhelo?
II
La lluvia de la tristeza aparece
La lluvia de la tristeza aparece
cuando
menos te lo esperas
y
tiñe de zanja lo que era un nido
para
alondras aventureras
Quisiera
proponerte un pacto
desnudo
de miserias y falsas esperanzas
un
mapa de múltiples caminos
que
nos condujeran al libre albedrío
del
sentir pero resulta que seguridad
e
incertidumbre se han enamorado
locamente
y todavía no saben
que
las paradojas a veces son compatibles
III
Y ahora nada existe fuera de este poema
Y ahora nada existe fuera de este poema
en
el que el amor es insuficiente
y
las palabras son solo un rumor
de
barcos en la lejanía de un otoño
que llama ya a las puertas del invierno
con
el desespero del agotamiento
BSO, Nosotros versión Pitingo
No hay comentarios:
Publicar un comentario