Prepárate para el desembarco
de la alegría.
Desde el horizonte del amanecer
se escuchan ya las campanas
que tocan a expansión.
¡Ondas, olas, círculos concéntricos
elevándose hacia el cielo de los unicornios!
Baila con pies descalzos la danza
de la desnudez kármica,
permite que las huellas que borran heridas
cicatricen con agua salada
y date un margen para comprender
el signo de los nuevos tiempos.
Quizás sea tu máscara que está
- ¡al fin! -
desprendiéndose de tu rostro.
Canta y llora y ríe y calla,
que se vea bien el color
de tu felicidad de ahora,
de este momento en que trance,
verdad y calma se han aliado.
Anda, pasa, quédate quieta
un rato en el jardín donde todo crece
hacia dentro y los espejos
son cascadas de franqueza.
Prepárate, sí, la alegría llama
a tu puerta y precisa de tu total
entrega.
(*) Acuarela de Elicia Edijanto.
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