miércoles, 8 de diciembre de 2010

Días de invierno

ni el bálsamo falaz de la nostalgia,
ni el más firme consuelo del olvido

Ángel González


Disparar contra la belleza
es atentar contra las mariposas;
sueño poemas como lobos
hambrientos por la caza
y sólo hay perros mansos
que saludan con el rabo

He resquebrajado el crepúsculo
los rayos de sol, la tarde,
la lluvia cayendo en mis mejillas
y unas lágrimas que nunca salían

Mejor estropear las oportunidades
desterrar las posibilidades
de un mundo de espejos ambiguos
con palabras punzantes
que hieren las dunas del corazón

Después del enésimo capítulo
de amor baldío en el que el sentimiento
se queda en el ocaso
y muere como una flor mal trasplantada,
no me queda ni el bálsamo falaz de la nostalgia
ni el más firme consuelo del olvido

Estos días de invierno
sin fotosíntesis en mis plantas
entristecen mis dedos escribientes
y ni el caliz de una misa
a favor del ser humano
es el preámbulo
de esos días azules
que tanto añoro

Con la absurdidad
de la abstinencia de un cactus
vuelvo a pensar en el humo
de un cigarrillo

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