jueves, 9 de diciembre de 2010

Siempre te quise llevar

Me puse el pijama de la noche
y salí a buscarte;
los gatos y los insomnes
no sabían qué pensar
me miraban raro
y me decían adiós con la mano
¡Es la urgencia! - gritaba yo
¡Es la urgencia de amar,
de saltar, de vivir!
Me volví loca, ya lo creo,
no te encontré,
probablemente estabas
en otros brazos
pero salí a soñarte
por las calles de hojas secas
y de penumbra esperanzada,
a gritarte esta cosa mía,
para ver si el eco de los coches,
de las casas, de la luna,
de las olas del mar de la Barceloneta,
de los lobos imaginarios
que se esconden en los mordiscos
de los amantes
te llevaban al menos
un telegrama de viento,
unos gramos de mi ternura
unas moléculas de éste mi deseo
loco por encontrarte en los lugares
donde nunca estuvimos
pero a los que siempre te quise llevar

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