miércoles, 1 de diciembre de 2010

Imagínatelo

Imagínate que tú y yo ahora
que es de noche en mi habitación
y afuera hace frío
y pasa el camión de la basura
nos pusiéramos a hablar
de algunos de nuestros sueños
y de todas las nimiedades
que se nos pasaran por este momento nocturno,
no sé, imagínate por ejemplo,
que hablamos de las migraciones
de las aves cuando dibujan
el camino de la esperanza
o de los charcos que los amantes
pisan y chapotean y a veces salvan
o de las canciones que suenan
de manera fugaz en mi radio despertador,
Sam Brown diciendo 'Stop'
o U2 gritando 'Ultraviolet',
o mejor aún,
imagínate que nos dedicamos
a callar y a mirarnos
para decirnos cosas con las manos,
nunca el lenguaje de los sordomudos
fue tan aprovechable en esta noche
donde imaginación y ganas de hablar
se alían en un pensapoamiento
discontínuo, algo tuerto y sin duda,
con vocación genuina de absurdidad,
imagínate que el amor es una tontería
y los que se aman unos tontos,
no te creas, puede pasar,
y suelen reírse de cosas que los demás
ignoran tienen sentido del humor,
pues eso que te digo,
imagínate que tú y yo ahora tuviéramos
una conversación de poca seriedad
y mucha doble intención
de esas en que se enseñan mucho los dientes
y cualquier cosa te hace gracia
y que de pronto un ángel nos visitara
para traernos una buena nueva,
imagínate por un momento que la magia
existe y nos visita, ¿no sería estupendo
mirarse a los ojos y que todo fuera
sobreentendido como cuando tienes
veintidos años y te has enamorado
por primera vez como nunca antes
lo habías hecho y todo te parece
un universo lleno de posibilidades?
Imagínate que el silencio y la palabra
son la misma cosa y que todo se entiende
en la complicidad de la nocturnidad
y las películas se vuelven realidad
y durante unos instantes las réplicas
salen sin pensar y sólo se sienten,
imagínate que la música se cuela
por los sentidos y nada tiene importancia,
las cosas mundanas, la crisis, los periódicos,
el cambio de gobierno, el mundo sin rumbo
y esas cosas que nos sitian y bombardean
día tras día, imagínate que todo eso
desaparece bajo el manto de una sonrisa,
guau, imagínate que fumamos cigarrillos
de cariño y que en el humo salen mensajitos
de móvil con signos para invidentes
y que el hambre, la guerra, las violaciones
y los crímenes atroces se reducen a la mínima
exponencia porque los amantes se han decidido
a amar y resulta que el amor tiene poder de verdad,
¡qué fuerte! Imagínate que todo es posible
y que a la gente le da por salir a la calle,
saludarse, desearse un buen día, a darse besos,
y que tú y yo
seguimos en la cama haciendo el amor,
imagínate que aunque todo sea una puritita
imaginación, el hecho de que tú y yo
nos estemos comunicando
a través de palabras amontonadas por la emoción
del ahora, este momento de noche
en que en la calle hace frío y pasa el camión
de la basura y a lo mejor chisporrotea
porque se ha pasado el día con el suelo mojado,
imagínate, digo, que al final todo tiene un sentido
y que el hecho de escribir este pensapoamiento
que ya te he dicho es a borbotones absurdo,
consigue que tú y yo, dondequiera que estemos
hayamos sentido lo mismo,
no me digas que no te lo imaginas.

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