miércoles, 1 de diciembre de 2010

Tocar verdad

En la esquinita de la mirada
vive arrinconada el alma,
si yo pudiera tocar verdad
mientras abro la ventana
de las dudas y alejo las certezas
para que las tormentas desaparezcan
si la tocara como se toca un instrumento
o como se toca una amante
con respeto y con osadía a un tiempo
tal vez consiguiera saber
qué se esconde detrás
del cielo o detrás de la luz
o incluso detrás de la sombra
y no este andar siempre a tientas
palpando las barandillas
de los balcones interiores
de tu ser y de tu estar

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