Yo soñaba en la gloria de lo humano,
y me hallé en lo divino
Juan Ramón Jiménez
Nunca el ojo de mi alma
supo tanto de la grandeza
de lo humano que cuando
besó la aurora de tu piel
y fue tan mortal como esos pájaros
muertos a tiros por cazadores furtivos
Nunca el latir de mi alma
supo tanto de lo divino
hasta que la gracia
de la paz se instaló
en el hondo corazón
que aún me gobierna
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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