lunes, 21 de marzo de 2011

Las flores lilas de esta mañana

Al mirar a través del cristal
veo que la planta de la primavera
ha florecido lila este año
y la contemplo sorprendida
y gozosa recordando las flores
naranjas de otros años
¿Será que las flores nacen
con su propia voluntad de color?
Y me parece extraño pensar
en la tristeza con este sol
engrandecido por el ancho cielo,
y en los días pasados,
en la zozobra, en el vaivén
de emociones, en el descenso
al pesimismo, en la finitud
del futuro, pero ante las flores
lilas de la terraza esta mañana
soy vulnerable como el corazón limpio
de un niño y se me ocurre pensar
que el tiempo es siempre
y que siempre es este momento
en el que contemplo las flores lilas
y me maravilla su poder efímero
y pienso en esos versos que escribió
el poeta cuando decía que ser poeta
no era su ambición sino su manera
de estar solo y sola estoy frente
a la vida de esas flores lilas
y veo correr sobre el brillo
de sus pétalos versos ondulados
que se van modulando con mi mirar
y del alma me brota una absurda
esperanza que no es otra cosa
que la fe de esas flores lilas
que esta mañana se revelaban
como lo único importante entre mi ser
y la fiereza de la vida que a veces
abre una brecha en el presente
y se planta con su incertidumbre
y sus promesas frente a mi abierta fe
que esta mañana del primer día de primavera
de este dos mil once de la era cristiana
es más infinita si cabe que en los días negros
oscuros cuando la fe es lo único posible
y la esperanza está enterrada
en un cementerio profundo de la civilización.

¡Ay, cuánto le debo a las flores lilas
de esta mañana!

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