domingo, 5 de junio de 2011

Mi dolor ajeno

Podría decirte tantas cosas
amables y compasivas
repetirte hasta la saciedad
absurda
-pues sueles cazarlo todo
a la primera-
que la vida te quiere
que no estás sola
que el vino no es amargo
y que el amor pasa y vuelve
pero ahora no
ahora te mando este silencio
de un verso en blanco
en el que se adentra mi voz
ronca por tu tristeza
para que sepas
de mi dolor ajeno
ese en el que te desenvuelves
con fortaleza
ese en el que sobrevive
tu belleza
y mi ideal de ti
aunque seas más de carne
y hueso
que el árbol que me da
cobijo en esta sombra

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