¡Qué tristeza
cuando el lápiz no escribe
y los pájaros no cantan!
Es tan sutil la frontera
que distancia el hielo
de la escarcha
tan tenue el velo
que separa
mi amor de tu primavera...
Tengo que gritarlo
Tengo que decirlo
Tengo que susurrarlo
Lloro lágrimas de sangre
cada vez que cierro los ojos
y no logro recordar
el camino hacia tu mirada
Sin embargo, aquí sigo
deslumbrada por el brillo
del acero
que desprende tu olvido
¡Qué tristeza
cuando el lápiz no escribe
y los pájaros no cantan!
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 2 meses
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