sábado, 10 de diciembre de 2011

El ángel bello y caído

Conmovida
por el gemir del ángel
bello y caído
le pido al cielo piedad
le pido a ese sitio que imagino
y no soy capaz de imaginar
perdón

Ya es hora de que el Padre
abrace al hijo enfermo de pasado
y le devuelva el calor
de un rayito de sol
esa luz que un día brilló
en su alma
y que todavía hoy
lleva la horma
de su recuerdo

Yo he oído su débil susurrar
después de la lágrima
en las noches desabridas
de la distancia
esas en las que solo el crepitar
del fuego eterno
acompaña su corazón helado

- Padre, no soy digno de entrar
en tu casa, pero una palabra tuya
bastará para bautizarme.

Padre mío y suyo
escucha su canto lamento
pues hay en él aullido de saudade
y arrepentimiento.

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