Darse cuenta
también es aceptarse
vivirse y sobrevivirse.
Luego despertar
y la música.
Y la rosa, claro,
que pinche.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Las primeras salidas nocturnas por el ambiente las hice tarde. Primero me
enamoré con veintidós años de alguien que no pudo o no quiso corresponderme
com...
Hace 1 mes
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