Si yo tuviera
que abdicar
de algo
de cualquier cosa
vitud fortuna o rasgo
no tendría
inconveniente
en desnudarme
de lo que soy
no soy
me supongo
y me imputan
sin embargo
nunca abdicaría
de mi palabra voz,
aunque lo pareciera
e incluso
yo así pudiera
llegar a creerlo.
Pero es primavera
la luna mece en la frontera
el Mediterráneo
acompaña aviones
en el horizonte
y en estos instantes
de lapiz y libreta orange
abdico
de los muros de la patria
mía.
ORIGEN y DESTINO del libro Tenemos que hablar y otros cuentos sentimentales
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Hace 1 mes
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